"Ao princípio era o verbo..."
Eu diria: ao começo era o limoeiro e, depois, o limão. E as limas, mais claras e translúcidas - as antigas. Na memória, os dentes brancos, rijos das minhas primas a trincar os gomos ácidos, numa alegria juvenil que quase me parecia crueldade. Recapitulando: no início era o limão. Na infância, na adolescência, na velhice. No quintal, ontem. Na varanda, virada a sul, hoje.
Liso, ameno
como um rosto
o verde do limão.
Fruto de inverno
por onde passa
o verão.
(1966)
Gosto muito (dos dois, limão e poema)
ResponderEliminarObrigado,c.a..
ResponderEliminar(...)
ResponderEliminarHe dicho que en los momientos de gracia procuras sobre todo no pensar porque , en efecto, el pensamiento racional y la conciencia del yo destrozan la creatividad, que es una fuerza que debe fluir
tan libre como el agua y abrir sus proprios caminos, sim que en elo intervengan ni el conocimiento ni la voluntad.En su interessante discurso de ingresso en la Academia de la Lengua, la historiadora Carmen Iglesias contó una pequeña fábula que refleja a la perfección ese carácter inconsciente y autónomo que posee el impulso creativo. Una cucaracha mala y envidiosa , irritada porque el ciempiés tenia muchas más patas que ela, le dije un dia al miriápodo con lisonja malévola: “Que maravilhosa gracia posees al caminar, qué increíble coordinación, no se cómo consigues moverte tan sinuosa y fácilmente con todas esas patas que tienes, ¿me podrías explicar cómo lo haces?” El ciempiés, halagado, se estudió a si mismo, y luego le detelló de buena gana el procedimiento:”Es mui fácil; no hay más que mover hacia delante las cincuenta patas del costado derecho mientras que mueves hacia atrás , sincronizadamente, las cincuenta patas del costado izquierdo, y vice versa”. La cucaracha fingió admirarse:” Qué formidable! ¿Podrías hacerme una demonstración?”. Y el ciempiés no fue capaz de moverse nunca más.
El arte está alumbrado por esa misma gracia ciega que hacia caminar al pobre insecto. Es un don que Rudyard Kipling llama su daimon , su demonio, aunque se trata de uno de esos demonios grecorromanos o védicos que son genios tutelares , espíritus intermediarios de los humanos con el más allá; y aconseja los jovenes escritores: “Cuando vuestro daimon lleve el timón, no tratéis de pensar conscientemente. Id a la deriva, esperad y obedeced”.
Como es evidente , también Kipling bailaba el vals de cuando en cuando.(...)
Gosto de tudo: poema, limões... e foto.
ResponderEliminarParece me raro um fruto como o limão ser referido em poesia. Estou errado?
ResponderEliminarCreio que sim. Ver Lorca, Eugénio de Andrade, Neruda.
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